En días pasados Marcelo Ebrard,
jefe de gobierno del DF, inauguró
intempestivamente un tramo de la supervía poniente, el mismo día en que el
gobierno del DF era premiado
por su programa Ecobici. Acto, que en si mismo, resulta altamente
contradictorio o tremendamente perverso. Una vía de cuota, exclusiva para autos
que no es sustentable y que ha sido construida sobre áreas verdes, espacios
públicos y violando derechos humanos versus un sistema público de préstamo de bicicletas, que promueve el transporte
sustentable, la integración social, que desalienta el uso del automóvil y
altamente aceptado.
jefe de gobierno del DF, inauguró
intempestivamente un tramo de la supervía poniente, el mismo día en que el
gobierno del DF era premiado
por su programa Ecobici. Acto, que en si mismo, resulta altamente
contradictorio o tremendamente perverso. Una vía de cuota, exclusiva para autos
que no es sustentable y que ha sido construida sobre áreas verdes, espacios
públicos y violando derechos humanos versus un sistema público de préstamo de bicicletas, que promueve el transporte
sustentable, la integración social, que desalienta el uso del automóvil y
altamente aceptado.
No suficiente, se creo toda una
puesta en escena para una farsa alrededor de esta obra: un
paseo ciclista y peatonal para “festejar” su apertura. Una farsa
idéntica a la usada en la inauguración de un tramo del segundo piso. La
cual ha sido coronada con una declaración
del Marcelo Ebrard en Milán, Italia: “Hay que cambiar la mentalidad para
dejar de ver al auto como un símbolo de estatus y entender que conducir un
coche ya no es moderno, lo moderno es caminar y tomar transportes públicos.”
puesta en escena para una farsa alrededor de esta obra: un
paseo ciclista y peatonal para “festejar” su apertura. Una farsa
idéntica a la usada en la inauguración de un tramo del segundo piso. La
cual ha sido coronada con una declaración
del Marcelo Ebrard en Milán, Italia: “Hay que cambiar la mentalidad para
dejar de ver al auto como un símbolo de estatus y entender que conducir un
coche ya no es moderno, lo moderno es caminar y tomar transportes públicos.”
Sin duda lo que hoy presenciamos es
un enorme teatro de la farsa del GDF, cuyo propósito único es disfrazar de
ecológico, sustentable, legal y social una obra que a todas luces no lo es. Una cuyo real propósito es pavimentar el camino para un mayor desarrollo inmobiliario de Santa Fe.
un enorme teatro de la farsa del GDF, cuyo propósito único es disfrazar de
ecológico, sustentable, legal y social una obra que a todas luces no lo es. Una cuyo real propósito es pavimentar el camino para un mayor desarrollo inmobiliario de Santa Fe.