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CAMINA, HAZ CIUDAD. MANIFIESTO POR EL DERECHO A CAMINAR LIBREMENTE EN LA CIUDAD

Ciudad de México, 21 de marzo 2011
La Ciudad de México es una megalópolis de 20 millones de habitantes. Una megalópolis con una enorme diversidad de servicios de salud y educación, una rica oferta cultural, grandes oportunidades de inversión y crecimiento económico, y atractivos turísticos que brindan un enorme potencial de calidad de vida para todos sus habitantes. 
Sin embargo, las políticas recientes de los Gobiernos del Distrito Federal y Estado de México se han enfocado a  impulsar un desarrollo urbanístico centrado en el automóvil. Este modelo de Ciudad que no es sustentable en el largo plazo y que es excluyente de una gran parte de la población. Este modelo autocéntrico atenta contra la construcción del espacio público y del disfrute de la Ciudad por todos. Tiene también consecuencias negativas sobre la interacción social, la tolerancia y la propia construcción de ciudadanía y democracia.
La construcción de calles, vías rápidas y autopistas urbanas con espacios exclusivos para el automóvil (sin banquetas y removiendo espacios verdes) son una demostración del modelo que prioriza autos sobre personas. Sólo aquellas personas tienen ingresos suficientes para comprar un automotor son capaces de utilizar y tener preferencia en estos espacios públicos. 
En cambio, el ciudadano a pie común y corriente termina arriesgando su vida en estos espacios para llegar a su hogar, trabajo o sitios para cubrir sus necesidades. Se le niega el derecho a vivir la Ciudad y a interactuar con otras personas en el espacio público.

La Ciudad parece estar más interesada en el flujo del tráfico que en el bienestar de sus habitantes.  Pavimentar o cubrir baches se vuelve una prioridad, mientras que las escasas y reducidas banquetas son olvidadas por las políticas y el presupuesto. Están en condiciones deplorables: con el pavimento quebrado, con hoyos, con obstáculos al peatón  como postes de luz, señalizaciones, teléfonos, etcétera). Una buena parte de las banquetas son secuestradas como estacionamiento por automóviles particulares. Los pasos cebra no se mantienen y la construcción de puentes peatonales para dar preferencia al automóvil son muestras de estas políticas que favorecen a un pequeño sector de por sí beneficiado.


Intervención Ciudadana #WikiCiudad en Puente Poetas, Santa Fe

El automóvil, cuya velocidad es en muchas ocasiones inferior a la de un peatón, se vuelve una capsula de egoísmo, un lugar que aísla del prójimo y del entorno. Detrás del volante, las personas creen que tienen más derecho que otros, simplemente por tener automóvil. El automovilista se acostumbra a despreciar a peatones, bicicletas, patinetas, así como a banquetas y espacios verdes. Unos cuantos privilegiados intolerantes con los otros fácilmente desprecian también las decisiones de la mayoría y acuden al autoritarismo que les beneficia, que les abre más calles para ir más rápido. Por ello, el automovilista, al sufrir y no disfrutar de la Ciudad, mina la democracia y libertad de otros ciudadanos.

La oportunidad de caminar en la Ciudad, sin importar si se es niño, discapacitado, anciano, hombre o mujer, de manera segura y disfrutable es un derecho que todo habitante de esta metrópoli debe gozar. 

Intervención Ciudadana #WikiCiudad en Puente Poetas, Santa Fe

 
Desplazarse por la Ciudad, gozándola, observándola y conviviendo en el mismo espacio con otros contribuye a la creación de una ciudadanía solidaria y tolerante, que se ve a los ojos de manera democrática de igual a igual.
Las empresas inmobiliarias y constructoras son en gran parte co-responsables de esta Ciudad segregada y fría. Impulsan desarrollos habitacionales cuya lógica del miedo y desconfianza se vende como exclusividad. Cerrados, sólo es posible acceder a ellos mediante automóviles particulares, aíslan a sus habitantes de todo vínculo con la Ciudad: la tienda de abarrotes, la tortillería, el café, la papelería.
 
Cumbres de Santa Fé, desarrollo inmoliario de COPRI

La calle, liga indispensable entre los diversos centros habitados, es hoy un sendero para el conductor y un borde para el peatón.

Son estas mismas empresas inmobiliarias quienes buscan terrenos baratos en la periferia, expandiendo la ciudad de manera insustentable, e impulsando más calles y autopistas urbanas para acomodar la necesidad de transportación de sus clientes potenciales. En esta búsqueda del negocio, su falta de ética empresarial  los lleva a destruir barrios, espacios públicos, bosques, cañadas y construir calles sin espacio para peatones o bicicletas. 

Los ciudadanos no contamos para ellos, sólo sus clientes a quienes prometen toda clase de comodidades con tal de vender y posteriormente defraudan por la falta de agua, acceso a servicios públicos, tráfico y deterioro de su calidad de vida. 
Un cambio de paradigma sobre el desarrollo urbano de esta Ciudad es fundamental. La recuperación de la calle y del espacio público tiene la misión de desarrollar vínculos fecundos de reconocimiento mutuo y solidaridad. Cómo construimos Ciudad incide también en el propio desarrollo democrático de nuestro país.

Por estas razones, como ciudadanos que anhelamos otro país, que queremos construir otra Ciudad, hoy, ejercemos esta ciudanía. 
La ciudadanía de recuperar de inmediato la banqueta para el peatón democrático y las zonas verdes de la Ciudad. 
Bajo la consigna de #WikiCiudad, los ciudadanos construiremos las políticas urbanas y de movilidad desde abajo y en colectivo. 
Buscamos construir una Ciudad compacta, sustentable, menos dependiente del automóvil, con espacios públicos. 
Una Ciudad viva con una ciudadanía activa, tolerante y solidaria. 
Una Ciudad sustentable, con rostro humano. 
Intervención Ciudadana #WikiCiudad en Puente Poetas, Santa Fe

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