“Un centro comercial, nuevas torres de oficinas, un centro de convenciones, un hotel, un barrio histórico restaurado,…Esta es la agenda de desarrollo del centro urbano en el último tercio del siglo XX, una colección de trofeos que los alcaldes desean. Añada un estadio abovedado, un acuario o un terreño ribereño, puerto o muelle renovados y ya tiene el equipamiento esencial de una ciudad americana de primera clase…”
“La causa del deterioro, se decía, eran los usos del suelo obsoletos en el centro de la ciudad (blighted property), pero los proyectos de regeneración dominados por el urbanismo comercial (oficinas, centros de convenciones, hoteles, centros comerciales, etc.) en un contexto de suburbanización habitacional, no hacían sino reforzar un modelo territorial que especializaba las funciones y exponía el centro a las mismas causas que justificaban su transformación. La explicación de esta paradoja proviene de una simplificación que hace del declive de la base económica en el centro de la ciudad la causa única de la crisis urbana (Fosler, 1982a:14-15) y, consiguientemente, de una estrategia basada exclusivamente en la atracción de inversión inmobiliaria como prerrequisito de la generación de actividad económica.”