Sobre la crisis de agua en la Ciudad de México.

Las contradicciones de la mente humana son enormes en cuanto al riesgo percibido y las acciones tomadas en contra de ese riesgo, tanto a nivel colectivo como individual. Un gran ejemplo de esto, la crisis actual de agua en la Ciudad de México. El problema básico es que el abastecimiento actual de agua no es suficiente para cubrir la demanda de la población. La principal causa de esto es que el consumo promedio de un habitante de la ciudad de México es de 94 galones al día, algo que si se compara con otras ciudades del país (50 galones por habitante) demuestra un desperdicio enorme.

A pesar, de que la mayor parte de los habitantes la ciudad han sufrido de cortes de agua, que saben de la carestía y que les impacta económicamente, no disminuyen su consumo. Inclusive bajo la amenaza real de sufrir más recortes de agua o de que eso obligue en algún momento a las autoridades a cortar el subsidio y utilizar medidas draconianas para hacer cumplir las leyes y disminuir la demanda de agua. Me parece sorprendente que los habitantes de esta urbe no sean capaces de notar que el reducir su consumo de agua beneficia a todos, tanto en el corto plazo (más disponibilidad de agua para todos, más ahorros, menos pago por el servicio) como en el largo (menos recortes de agua, sin incremento de tarifas, ahorros de largo plazo, etc.).

Como va el asunto, si no hay una disminución de la demanda, sólo quedarán dos soluciones: a) traer más agua de lugares más distantes para abastecer un consumo voraz de agua (lo que implica conflictos políticos, destrucción ecológica, enorme gasto que podría ser usado para otras cosas, etc); y b) eliminar los subsidios federales y locales al agua e imponer castigos draconianos al desperdicio del agua (lo que implica reducir el nivel de ingresos de la población y establecer un gobierno un tanto dictatorial en este asunto)…