Sin duda el automóvil es uno de los más grandes inventos de la humanidad, ya que ha permitido al ser humano desplazarse con gran comodidad, flexibilidad y velocidad para distintos propósitos: comercio, turismo, relaciones sociales, etc. No obstante, este ha impuesto una dictadura a la estructura vial de todas las ciudades del mundo, muchas veces en contra de sus propios habitantes.
El automóvil como lo conocemos hoy en día (de combustión interna y de producción masiva) nace en los EUA a principios del siglo pasado. En ese momento, EUA contaba con ciudades nuevas y en crecimiento, las cuales fueron adaptadas fácilmente para esta nueva invención al carecer de estructuras viales y arquitectónicas que fueran añejas. Esto dio paso a las grandes vías rápidas en todo EUA.
Highway en Los Ángeles, EUA. Vía: Britannica.com
En cambio, en muchas otras partes del mundo, ya existían ciudades con estructuras viales y tradiciones arquitectónicas definidas mucho tiempo antes del nacimiento del automóvil, como es el caso de las ciudades europeas y las ciudades latinoamericanas fundadas por españoles y portugueses. En muchas de estas urbes se cometieron grandes errores que destruyeron su patrimonio histórico y dañaron la convivencia social, al impulsar que estas se adaptaran a las configuraciones espaciales del automóvil. Esto fue el establecimiento de una dictadura del automóvil sobre las ciudades y sus habitantes: ellos se tienen que adaptar al automóvil y no viceversa.
Esta situación no parece lógica, pero así ha sucedido. Hubiese sido mejor para las necesidades del ser humano que las empresas automotrices produjesen y vendiesen automóviles diferenciados en función de las características de las diferentes infraestructuras del mundo. Sin embargo, esto no se hizo, porque resultaba caro para las empresas; era mejor la producción en masa de pocos modelos por los beneficios derivados de las economías de escala.
Calle de Guanajuato. Vía: Flickr Luis Paz
A pesar de que actualmente existen diferentes tipos de modelos de automóviles, con diferentes características, esto sigue sucediendo. El común de las personas no se percatan de esto tan fácilmente. Inclusive, suelen culpar a los gobiernos por no dotarlos de vialidades que eviten los congestionamientos viales, mientras miles de automovilistas manejan solos en sus automóviles que consumen el espacio escaso de la infraestructura vial existente. Es común ver alrededor del mundo autos de cuatro o más plazas conducidos por una sola persona, lo cual resulta antieconómico ¿A caso se requiere de una maquina de 2 toneladas y de cuatro plazas para desplazar a una sola persona?
Si las personas fueran 100% concientes que la infraestructura pública es cara, escasa y que la están pagando, entonces su demanda por automóviles no sería la misma que hay hoy en día. Se demandarían autos que aprovecharan al máximo la infraestructura pública, al igual que se exigirían mejores transportes públicos, pues son estos los que mejor la aprovechan, todo con el propósito de vivir mejor.
Es por ello que el automóvil debe de flexibilizarse aun más a las necesidades del hombre y al espacio en el que habita. Además, las ganancias serían buenas para todos, incluyendo a las empresas automotrices que sepan aprovechar la oportunidad de negocios que esto representa.
Yo creo que es tarde para que El Dictador – automóvil se flexibilice. Es necesario derrocarlo! Las bicicletas y el transporte público limpio, seguro y eficiente al poder!!
Cynthia:
Es muy probable que tengas toda la razon…
Si mal no recuerdo llegué a este blog a través de una nota sobre urbanismo, y heme aquí ahora comentando estas acertadas líneas.
Básicamente es sobre la última reflexión: yo tampoco creo que la dictadura del coche haya de flexiblizarse. Lo deseable —por no decir imperioso— es que sea la sociedad quien se muestre flexible en sus necesidades de transporte, de movilidad. Es decir, que poco o nada ayudará un coche «ambientalmente diseñado» (lo que sea que esto signifique) si el individuo no cesa en querer evitar dar unos cuantos pasos para moverse entre unos puntos más o menos cercanos, y opta por la tecnología del auto. Más, si se tiene evidencia que de hecho las personas se transportan la mayor parte del tiempo dentro de distancias cortas, ¿por qué necesariamente hacerlo en auto?
Más que dictadura, tenemos una dependencia: una auto-dependencia (como le han bautizado). México y sus principales ciudades la padecen.
Si se me permite la analogía, es como si estuvieramos pidiendo que el cigarrillo se hiciera menos dañino; al contrario, lo que se hace es evitar/reducir/controlar su consumo. Luego, con los autos, lo deseable es una drástica reducción en su (ab)uso.
Gracias por el espacio. Felicidades por el blog. Saludos cordiales. -MAAG
¿Has leído «Vacas, cerdos, brujas y guerras»? En el primer ensayo, Marvin Harris explica por qué las vacas son sagradas en la India, más allá de la reencarnación, y hace un paralelismo con el automóvil, que tiene que ver con lo que dices. Es un libro interesante, creo que podría interesarte.
Aguaclara,
Estoy de acuerdo, existe una gran dependencia del automóvil y se debe de reducir su uso.
Fonema,
No lo he leído. Ahora ya tengo tarea.
Estoy con Cynthia.
pocas veces había escuchado personas que quisieran derrocar al dictador