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Huertos urbanos en Osaka.

Caminando en los alrededores de Ibaraki City, en la prefectura de Osaka, Japón, me encontré con una buena cantidad de huertos urbanos, localizados en espacios entre las casas, esquinas, etc. Por lo que he averiguado, cada “línea” de cultivo pertenece a un dueño diferente. Esta práctica entre los habitantes me parece buena, pues las personas de esta manera no pierden conexión entre lo que comen y como se produce, es decir, mantienen el conocimiento de la agricultura, la tierra y la naturaleza; así como el respeto por la misma. Dado que hay muchos niños en la zona, esto contribuye a generar una educación de respeto por el campo, los alimentos y la naturaleza desde pequeños.



En las grandes ciudades de México no vendría mal que los habitantes hicieran lo mismo, para de esta manera comer más sano, además de generar una mayor conciencia al respecto de la producción de alimentos, quienes los producen y sobre la naturaleza en sí misma.

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3 comentarios

  1. y eso que no tienen Espacio obviamente la seguridad que tienen el respeto entre vecinos y el apoyo social hace q puedas contar con este tipo de cultivos. cuando estuve por alla me sorprendieron varias cosas, las noticias del dia, en primera plana eran dos, la muerte del panda en el zologico y la mas perturbante, descubrieron a una persona robandose tulipanes de una casa, esto conmociono al pueblo O_O wow no?

  2. También he oido de espacios así en E.U.A. y en Alemania; aunque aqui la onda de rejas bajas, por la seguridad que tienen, crea un ambiente social bastante confortable

  3. Es cierto, no nos vendría nada mal tener espacios como esos, lo triste es que en nuestra ciudad no hay cultura por el respeto a lo ajeno y te lo digo por experiencia!
    Nosotros rescatamos una jardinera afuera del local en el que tenemos un changarrin. Siempre estaba llena de basura. Se limpió, se pusieron arbolitos y se plantó jitomate cherry. El jitomate creció padrísimo y empezó a dar fruto, pero lo triste fue que cuando la gente se empezó a dar cuenta, pasaban y los arrancaban; los niños igual y lo peor es que solo lo hacían para ver qué era y los tiraban en la calle.
    La planta se fue secando y el frío del invierno terminó por quemarla toda.
    Sería lindo ver muchos espacios llenos de frutos que a la larga beneficiarían nuestra comunidad!!!
    Abrazos! : )

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